lunes, 1 de octubre de 2012

María Antonieta, inmortal

María Antonieta, de Sofía Coppola; con Kirsten Dunst.

La figura de María Antonieta es la de un auténtico icono de estilo inspirador que queda inmortalizado en la obra y en la visión que de su persona y de su entorno tienen pintores, escritores, diseñadores de moda o profesionales del celuloide.

Desde el creador John Galliano hasta la artista Marie Louse Élisabeth Vigée pasando por la cineasta Sofía Coppola, han sido muchos los que no han dudado en evocar o representar el ultrafemenino y barroco look de la malograda dama austriaca. Es más, la María Antonieta de esta última mencionada se llevó el premio Óscar al mejor vestuario en 2006, una película en la que nos encontramos con que los zapatos estaban firmados, nada más y nada menos, que por el diseñador canario Manolo Blahnik. Ni siquiera desde Barbie se han podido resistir a vestir a la muñeca a la manera de nuestra homenajeada y la gran maniquí Kate Moss, en este mismo 2012, ya posó emulándola para la que llaman la 'biblia' de la moda. El diseñador Karl Lagerfeld, por su parte, la recrea entre versallesca y roquera en su Colección Crucero 2012/2013.

Confieso que siempre me he sentido fascinada no solo por su estilo sino también por todo el misterio y grandiosidad que envuelven la época histórica que le tocó vivir en el país en el que acabó sus días. Lo que ocurrió, no solo con sus grandezas sino también con sus injusticias y atrocidades, lo recogen los libros de historia.

La declararon culpable de alta traición. Jacques-Louis David, "el pintor de la revolución", la retrataría antes de su muerte desprovista de todo exceso, divinidad, elegancia y majestuosidad, convirtiéndola en sus últimas imágenes en una mujer gris, vulgar e insignificante, que a buen seguro no difería en absoluto de muchas que a todas luces le gritaron, con saña, desde el populacho.

No difería salvo en una cosa. Cuentan que en el día de su ejecución, mientras era abucheada e insultada por el pueblo, esta tropezó subiendo al cadalso y pisó al verdugo que estaba a punto de guillotinarla. La reina le dijo: "Disculpe, señor, no lo hice a propósito".

De ser así, ¿fue esta su manera de pedirles a todos perdón?

Reina siempre, hasta el final, hasta que redoblaron los tambores.

Nace el mito.


María Antonieta camino de la guillotina, de Jacques-Louis David.






Referencias:
http://www.bossa.mx/2012/07/maria-antonieta-reina-de-la-opulencia-inspiracion-de-todos/  (consultado el  1 de octubre)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.