La Kasbah de los Udayas, de obligado paso si se va a Rabat (Marruecos), es más que una ciudadela, es un sueño teñido en colores blanco y azul añil que se alza orgulloso al pie de la desembocadura del río Bou Regreg.
Perdernos entre las callejuelas de este enclave capitalino que mira al mar y al río es transportarnos a épocas pasadas que nos hablan de aventuras, ataques piratas y batallas colosales, en absoluto contraste con la paz y la tranquilidad que envuelven actualmente este entorno.
Imaginar la historia de esta tierra amurallada, cuyo acceso se hace a través de su majestuosa entrada fortificada, o soñar mientras se saborea un té y unos pasteles en el Café de la Alcazaba en buena compañía, no tiene precio. Deleitarnos con la belleza de las puertas de las casas y sus coquetas ventanas... tampoco.
Va por ustedes este post, disfrútenlo. Feliz verano y hasta la próxima semana.
Fotos: Erika Curbelo.
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